Los aerogeneradores del futuro: molinos eólicos sin aspas
Ingenieros
españoles han patentado un novedoso aerogenerador que no tiene aspas.
La empresa española Deutecno quiere lanzar al mercado los primeros aerogeneradores del mundo sin palas. Con dedicación exclusiva en el desarrollo de Vortex (nombre comercial de estos singulares aerogeneradores) el equipo formado por los ingenieros David Yáñez y Raúl Martín, y el periodista David Suriol, inició en 2014 la primera prueba de campo en la ciudad española de Ávila, tras ya haber patentado la tecnología desarrollada.
¿Cómo funcionan?
El dispositivo consiste en un cilindro vertical semirrígido, anclado en el terreno, y que incluye materiales piezoeléctricos. La energía eléctrica se genera por la deformación que sufren esos materiales al entrar en resonancia con el viento. Lo que trata es aprovechar el efecto calle de vórtices Von Kármán para que el aerogenerador oscile de un lado a otro, para que así sea posible aprovechar la energía cinética para convertirla en energía eléctrica.
Es decir, Vortex es un molino de viento sin aspas parecido a un bate de béisbol, cuenta de cinco partes: mástil, barra, el sistema de generación, un sistema pasivo de estabilidad y la fundación. Y logra generar energía gracias a la vorticidad, un efecto aerodinámico que se produce cuando el viento choca contra una estructura sólida.
Beneficios medioambientales
La reducción de la materia prima utilizada y de su huella de carbono en la instalación, fabricación y mantenimiento de este nuevo prototipo, la ausencia de ruido y la disminución de los accidentes de los pájaros son algunas de las ventajas medioambientales de este proyecto.
Beneficios económicos
La ausencia de aspas reduce -según sus creadores- en un 80% los costes de mantención, un 53% en los costes de fabricación y un 51% en los de operación. Eso sí, produce sólo un 30% de energía de lo que produce un generador eólico convencional. Sin embargo, se pueden poner poner más Vortex en el mismo espacio.
El precio de mercado sería de unos 5500 euros para un aerogenerador de 12,5 m de altura.
¿Cómo se les ocurrió la idea?
Lo que inspiró a David Yáñez, uno de los inventores de Vortex, fue el colapso del Puente de Tacoma, en el estado de Washington (EEUU). Estaba estudiando Ingeniería cuando empezó a darle vueltas a la espectacular desintegración de aquel puente que quedó grabada en vídeo para siempre.
La empresa española Deutecno quiere lanzar al mercado los primeros aerogeneradores del mundo sin palas. Con dedicación exclusiva en el desarrollo de Vortex (nombre comercial de estos singulares aerogeneradores) el equipo formado por los ingenieros David Yáñez y Raúl Martín, y el periodista David Suriol, inició en 2014 la primera prueba de campo en la ciudad española de Ávila, tras ya haber patentado la tecnología desarrollada.
¿Cómo funcionan?
El dispositivo consiste en un cilindro vertical semirrígido, anclado en el terreno, y que incluye materiales piezoeléctricos. La energía eléctrica se genera por la deformación que sufren esos materiales al entrar en resonancia con el viento. Lo que trata es aprovechar el efecto calle de vórtices Von Kármán para que el aerogenerador oscile de un lado a otro, para que así sea posible aprovechar la energía cinética para convertirla en energía eléctrica.
Es decir, Vortex es un molino de viento sin aspas parecido a un bate de béisbol, cuenta de cinco partes: mástil, barra, el sistema de generación, un sistema pasivo de estabilidad y la fundación. Y logra generar energía gracias a la vorticidad, un efecto aerodinámico que se produce cuando el viento choca contra una estructura sólida.
Beneficios medioambientales
La reducción de la materia prima utilizada y de su huella de carbono en la instalación, fabricación y mantenimiento de este nuevo prototipo, la ausencia de ruido y la disminución de los accidentes de los pájaros son algunas de las ventajas medioambientales de este proyecto.
Beneficios económicos
La ausencia de aspas reduce -según sus creadores- en un 80% los costes de mantención, un 53% en los costes de fabricación y un 51% en los de operación. Eso sí, produce sólo un 30% de energía de lo que produce un generador eólico convencional. Sin embargo, se pueden poner poner más Vortex en el mismo espacio.
El precio de mercado sería de unos 5500 euros para un aerogenerador de 12,5 m de altura.
¿Cómo se les ocurrió la idea?
Lo que inspiró a David Yáñez, uno de los inventores de Vortex, fue el colapso del Puente de Tacoma, en el estado de Washington (EEUU). Estaba estudiando Ingeniería cuando empezó a darle vueltas a la espectacular desintegración de aquel puente que quedó grabada en vídeo para siempre.
Reducción de materiales, de piezas moviles, de mantenimiento... Un gran futuro para estos molinos que no matan aves con sus aspas.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo Carlos Miguel, los Vortex tendrán un gran futuro.
ResponderEliminarUn saludo
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