17 de junio de 2015

¿Qué es el mercado de CO2 o comercio de derechos de emisión?

El mercado de emisión de dióxido de carbono, CO2, también llamado comercio de derechos de emisión, comenzó a aplicarse en 2005 y es un instrumento de mercado, mediante el que se crea un incentivo o desincentivo económico que persigue un beneficio medioambiental para luchar contra el cambio climático e intentar cumplir con el protocolo de Kyoto.



Actualmente, el mayor mercado regional de dióxido de carbono a nivel mundial regula a 12.170 instalaciones y 5.450 operadores aéreos, que suponen más del 40% de las emisiones de GEI del Viejo Continente.

¿Cómo empezó a funcionar este sistema?

El funcionamiento era simple: cada instalación u operador recibía una cantidad de derechos de emisión; si contaminaba más de esa cantidad debía comprar más derechos y si emitía menos podría vendérselos a otras compañías. Pero esta metodología, que se ha mantenido en los dos anteriores periodos (2005-2007 y 2008-2012), estrenó un nuevo sistema con la llegada en 2013 de las subastas.

¿Cómo funciona ahora?

En la Unión Europea existe el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea (EU ETS), por el cual cada país establece un nivel de emisiones totales de gases de efecto invernadero, y después asigna un determinado número a cada foco de emisión, contabilizado mediante derechos. De esta manera, cada empresa puede emitir un determinado número de toneladas de CO2 y otros gases de efecto invernadero, y si sobrepasa estas emisiones, deberá comprar más derechos a otras empresas que quieran o puedan vender los suyos, porque han emitido menos de lo que establecía su cuota. Para comprar y/o vender derechos, pueden pactar un precio con otra empresa y realizar la transacción, buscar un intermediario, o bien utilizar la vía más común: acudir a un mercado de emisiones o bolsa de CO2, como se les conoce de manera popular. 



Actualmente existen mercados de emisiones que operan en distintos países y que afectan a diferentes gases.  La Unión Europea puso en marcha el 1 de enero de 2005 el mercado de CO2 más ambicioso hasta la fecha (Directiva 2003/87/CE, transpuesta al ordenamiento jurídico español por la Ley 1/2005).  Cubre, en los 27 Estados miembros, las emisiones de CO2 de las siguientes actividades: centrales térmicas, cogeneración, otras instalaciones de combustión de potencia térmica superior a 20MW (calderas, motores, compresores…), refinerías, coquerías, siderurgia, cemento, cerámica, vidrio y papeleras.


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